El diccionario de la Real Academia define evaluar como "señalar el valor de algo", y lo distingue de la valuación que es "señalar el precio de algo". Luego pues, para la lengua española al menos, existe una diferencia entre un precio, asociado más a lo material, y un valor, asociado principalmente a la valía de aquello que lo merece.
La evaluación puede definirse como el proceso mediante el cual se busca ponderar la valía en una o más dimensiones. En educación, por ejemplo, la evaluación tiene como objetivo medir el aprendizaje de los estudiantes a partir de criterios que estén directamente relacionados con los contenidos educativos que se les ha buscado enseñar. Por otro lado, al evaluar políticas o intervenciones, el objetivo es ponderar las características que las constituyen y valorar en qué medida estas características contribuyen a lograr los objetivos sociales con los que dichas políticas fueron creadas.
Es por ello que la evaluación va más allá de asignar el impacto monetario de algo. La evaluación busca, en última instancia, valorar las características más importantes de su evaluando. Busca encontrar el justo valor de su objeto de estudio con rigurosidad, imparcialidad y objetividad; pero también con el propósito de descubrir las características que tienen mayor relevancia en el contexto en el que dicha evaluación se lleva a cabo.
Incluso, puede pensarse que la evaluación es más pertinente en un contexto donde el valor de algo va más allá de su precio en moneda constante y corriente. Cuando hay un añadido que escapa a lo económico y que puede incluso llegar al terreno de lo inmaterial; sea éste el aprendizaje, la paz, el bienestar físico, el autoestima o algún otro bien intangible pero que sin duda alguna es deseable y que aporta al bienestar o felicidad de la colectividad.
Por supuesto que ofrecer medidas objetivas de los bienes intangibles o inmateriales para la sociedad solo puede llevarse a cabo por medio de aproximaciones; pero no por ello pierden relevancia; al contrario. De ahí que la frase de Lord Kelvin "si no lo puedes medir, no lo puedes mejorar", que ha servido de lema para el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social ("Lo que se mide, se puede mejorar") sea la piedra angular para tratar de establecer aquellos indicadores que mejor capturen la medida en que algo se ha buscado mejorar; y convertir esta evidencia en un proceso de evaluación que permita establecer si el tiempo y los recursos invertidos en mejorar la situación existente han valido la pena. Y si hay algo que vale la pena evaluar, y evaluar algo vale la pena, entonces la evaluación también tiene valía.
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